miércoles, 29 de agosto de 2012

GONDO


Las señales indican que llegamos a la frontera. La furgoneta y nuestras caras sin afeitar me dicen que somos firmes candidatos a ser parados en el control policial, y no me equivoco. No obstante, mostramos nuestra documentación, y después de algunas preguntas, continuamos sin problema. A pocos metros paramos en una gasolinera. La dependienta espera fumando junto a uno de los surtidores. Natxo y yo entramos a curiosear en la tienda. A la entrada, además de ambientadores, aceite de motor y similares, se alinean varias cajas de petardos, cohetes y otros productos de pirotecnia de gran calibre. La combinación de todos esos elementos, además de ponernos los pelos de punta, destruye en décimas de segundo algunos de los tópicos sobre este país en los que creíamos a pies juntillas. Nos parece mentira estar en... Suiza.

¡ojo, presa con sueltas automáticas en cabecera!
Es 3 de agosto, nuestro sexto día en Ossola, y el objetivo hoy es el barranco que se vé detrás de esa gasolinera y al otro lado del río: el Zwischbergen-Grosswasser, más conocido como Gondo (v3a3III). Las guías dicen que es el descenso más lúdico del cantón de Valais, y queremos comprobarlo. ¡Y vaya si lo es!

El agua ha labrado su camino a través del granito blanco tan característico de este lado de los Alpes, aunque lo ha hecho de forma algo discontínua. Empezamos entrando al agua mediante un buen salto, pero luego toca caminar junto al cauce y cruzarlo durante unos doscientos metros. Tras ellos, el descenso cobra vida. Una cascada conduce a una primera gorga con varios toboganes. 

rápel (15 m) o tobogán, a escoger según reseña
uno de los toboganes de la primera gorga






















  

Al salir de ella, una bonita cascada nos ofrece la posibilidad de escoger entre rapelar y saltar. Hay peldaños de madera colocados para esto último.

la "cascada del gran salto": S12m
un grupo de empresa prefirió rapelar (20 m)
























Y entonces llegamos al punto fuerte y más característico del descenso: una cascada de treinta y dos metros, y sobre su poza de recepción, un bonito puente de roca. Desde él se puede saltar todas las veces que se quiera.

la "cascada del arco", 32 m
Rebo y sus saltos, desde el puente de roca
























El barranco gira y sale a terreno abierto. Llegamos a una cascada tumbada, y da la sensación de que ésto se ha acabado...

La "cascada del Jet", de 16 metros. La segunda mitad puede hacerse como tobogán (verificar).

...pero no es así. El encajamiento que viene a continuación es el otro punto interesante del descenso. De los tres rápeles que contiene, el segundo es el mejor: el agua ruge, la cascada gira a la izquierda y desde la cabecera no se ve la longitud del rápel ni su recepción. Intenso.

montando la segunda reunión del estrecho final
Rebo en su descenso a lo desconocido























espuma y estruendo en la recepción
un último rápel, con el agua apretando
























Después de un pasillo, saldremos a una zona más abierta, con varios destrepes ya por fuera del cauce, y finalmente, a las cascadas que se ven desde la carretera. Estas últimas son evitables; de hecho, antes de las rampas finales abandonaremos el cauce hacia la izquierda. Si pueden bajarse, nosotros no vimos las instalaciones.

las cascadas finales, desde el aparcamiento
pasillo de salida del estrecho final
























Otro descenso a programar sin dudar.

Datos de interés

Acceso desde: Gondo (Valais, Suiza)
Aproximación: 5 min. (30 min. con un solo coche)
Descenso: 2 a 3 h
Retorno: 5 min.
Cuerdas: 2 x 35 m

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